Pero, la verdad es que todos podemos hacer algo por si solos; pero, si queremos hacer algo grande, algo que cambie al mundo entero, siempre vamos a necesitar a alguien más para lograr lo que queremos alcanzar. Es un diseño divino porque no estamos diseñados para trabajar solos. Cuando Dios creó a Adán inmediatamente le puso una ayuda idónea, Eva. Uno solo puede hacer cosas pequeñas; pero con alguien más, no hay límite.
¿Podría Dios hacer las cosas por si solo? Absolutamente. Él no necesita a nadie. Él es Dios soberano y puede hacerlo; pero, Él escogió no hacerlo así. Durante la creación nos damos cuenta que Dios no estaba solo. Si lees bien las Escrituras el dijo, “Hagamos al hombre…” (Génesis 1:26). ¿Quiénes estaban con Él? Su Hijo y el Espíritu Santo y probablemente millones de ángeles. En la Biblia aprendemos mucho de Dios y nos damos cuenta que Él se manifestaba y se manifiesta en el presente en tres formas. Como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Todos conocemos la historia de Noe; cuando Dios quiso salvar la descendencia, donde eventualmente vendría Jesús, decidió terminar con la humanidad perversa que había llenado la tierra, con el diluvio. Dios usó a un hombre, Noe, para construir una barca inmensa para salvar su familia y las especies de animales para preservar Su creación. ¿Pudo Dios haber hecho la barca por si solo? Claro que si. Él tenía todo el poder y en segundos, lo podría haber hecho, lo que a Noé le tomó 120 años. Pero, Dios escogió hacerlo humanamente reclutando a un hombre que le pudo confiar para que trabajara con Él. Y cuando Noé construyó el arca tubo que tener ayuda que seguramente fue su propia familia y algunas personas que tal vez sin saber lo que estaban haciendo, le ayudaron. Todo lo que Dios hace en la tierra siempre usa a humanos.
Cuando Jesús vino a la tierra a cumplir el plan que el Padre le encomendó, Dios usó a una mujer, para dar nacimiento al Salvador. Después, Jesús reclutó a doce hombres para empezar a implementar el plan de salvación. Después los doce comenzaron a reclutar más gente y así, llevando a cabo el plan de Dios para Su creación. Antes de ti y yo han habido millares de personas que Dios usó para dar las Buenas Nuevas de salvación.
Recuerda, todo lo que Dios quiera hacer en la tierra, va a involucrar gente regular como tú y yo porque Dios es espíritu y determinó que para hacer cualquier cosa aquí en la tierra, iba a necesitar algo físico para hacerlo. Podríamos decir que Jesús fue Dios encarnado en un cuerpo físico en un hombre, Jesús, para poder llegar a los hombres. Jesús dijo, “El que me ha visto a mi, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Jesús fue Dios en la carne. ¡Qué maravilloso!
Lo que Dios quiere comunicar y hacer con la gente lo va a hacer por una persona de carne y hueso que conteste al llamado de Dios, “Te necesito”. Nosotros podemos ser, si queremos, Su boca, Sus pies, Sus manos y Sus instrumentos aquí en la tierra. Este es un privilegio inmenso con una responsabilidad muy grande; pero, Él ha confiado en nosotros que podemos cumplir Sus deseos, Su voluntad para la humanidad aquí en este planeta
Por el otro lado, todo lo que el diablo quiere hacer aquí en la tierra va a hacerlo usando gente también como tú y yo. Él va a necesitar a un cuerpo físico para llegar a los demás. El diablo no es original, él siempre copia lo que Dios hace, para sus planes siniestros de muerte y destrucción. Y lo hermoso de todo esto, es que sabemos el final de la historia. Sabemos adonde va a terminar Satanás con sus huestes y sus instrumentos humanos, aquellos que trabajaron para él. También sabemos adonde vamos a terminar todos aquellos que contestamos Su llamado de “Te necesito”. La historia ya está escrita. Ahora la pregunta es, ¿De qué lado tú vas a estar aquí en la tierra? Porque eso va a determinar en que lado tú vas a estar en el juicio final delante de Dios. Jesús dijo en una ocasión a sus seguidores, “El que no está conmigo, contra mi es…” (Lucas 11:23). En este asunto, no hay termino medio, o estamos con Dios o estamos con el diablo. Jesús dijo también que el que se hace amigo del mundo, o sea del sistema de vida donde Satanás reina, se hace enemigo de Dios (Santiago 4:4).
¿A quien le vas a contestar su llamado de “te necesito…?” La decisión es nuestra.
Bendiciones
vOg