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Somos Justicia de Dios

10/1/2013

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“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5:21).

Muchas veces leemos versículos o frases en la Palabra de Dios que no los entendemos a cabalidad porque la Biblia es tan profunda que toma el Espíritu de Dios para que nos ayude a entender lo que nos quiere decir. En esta ocasión, vamos a meditar en parte, con la ayuda del Espíritu Santo, lo que implica el hecho, que hemos sido hechos justicia de Dios en Cristo.

Antes que Jesús viniera a la tierra, una persona podía tener una relación justa con el Padre haciendo lo siguiente: Cumplir toda la ley, lo cual era imposible, porque aunque la gente se esforzara a cumplir unos cuantos de esos estatutos, si fallaba o quebrantaba uno solamente, era culpable de quebrantarlos TODOS (Santiago 2:10). No existía una sola persona que pudiera cumplir toda la ley. Además, si quebrantaba una ley, tenía que ofrecer un sacrificio para ser perdonado por haber pecado. Por lo tanto, para mantener una “relación” con Dios constante, a menudo el pueblo tenía que estar ofreciendo sacrificios a Dios. Ahora, imagínate si Dios no hubiera puesto la provisión del sacrificio desde entonces, cada vez que una persona pecaba, tenía que morir porque esa era la consecuencia de quebrantar la ley, la muerte. Aquí vemos el profundo amor de Dios para los humanos.

Otro aspecto de este estilo de vida, era que el sacrificio para perdón de los pecados, tenía que ser un animal puro, o sea sin defecto alguno (Levítico 3:1). Era el único sacrificio que Dios aceptaba en ese tiempo. Punto. Esto, era en sí, una imagen de lo que vendría en un futuro lejano: Jesús, el cordero sin mancha (Juan 1:29 y Hebreos 9:14 ). Jesús tenía que ser puro y sin mancha, por eso nació sin intervención de hombre, sino por obra del Espíritu Santo (Lucas 1:15). Simplemente, Dios escogió una “vasija”, que fue María, y tenía que ser una mujer virgen. Jesús fue totalmente hombre y totalmente Dios. El Hombre Dios. Por eso, uno de Sus nombres cuando nació fue Emmanuel, que quiere decir “Dios con nosotros”. Jesús tenía que ser hombre de carne y hueso para ser aceptado eventualmente como el sacrificio físico y puro por nuestros pecados.

En otras palabras, alguien tenía que tomar el lugar del culpable en los días del Antiguo Testamento. Cada vez que un cordero era muerto, el animal estaba tomando el lugar de una persona, porque la ley así lo requería (Romanos 6:23). Así que, la vida de la persona era “salvada” por un cordero. Otra vez, todo esto apuntaba al Cordero que un día iba a ser sacrificado por el pecado del mundo entero. Ese cordero fue Jesús, que fue llevado al matadero para ser muerto por nuestros pecados (Isaías 53:7).¡Gloria a Dios! La Biblia también nos dice, que ese sacrificio se hizo solo una vez por todas (Hebreos 9:12). Este punto es muy importante porque ya no iba a ser necesario un sacrificio más por los pecados futuros. El sacrificio de Jesús fue suficiente para cubrirlo todo.

Este grandioso y costoso plan fue concebido por el Padre y Su gran amor por la humanidad, y las implicaciones del sacrificio de Jesús en la cruz son tan extensas y maravillosas que por la eternidad estaremos contemplando y aprendiendo de este sacrificio. Pero, algo, que una gran parte de la iglesia del Señor no está aprovechando, es el hecho que podemos saborear la nueva vida en Cristo (2 Corintios 5:17) aquí en la tierra y continuar viviéndola en el Cielo cuando dejemos este cuerpo físico. Contrario a lo que algunos enseñan que tenemos que esperar hasta que lleguemos a nuestro “nuevo hogar” para gozarnos de la vida nueva, una vida sin enfermedades ni pobreza en Cristo Jesús. No. El sacrificio de Jesús fue completo y nos da acceso a la bendición de vivir libre de todas esas maldiciones, porque eso es lo que son, maldiciones. (Deuteronomio 29).

La aceptación de Dios para con el hombre antes de Cristo, estaba basada en nuestro “buen comportamiento” el guardar la ley y los sacrificios de los corderos por nuestros pecados. Ahora con Cristo es totalmente diferente; una vez que le aceptamos a Él como nuestro “sacrificio” personal por el pecado, somos perdonados una vez por todas. Nacemos de nuevo (Juan 3:6-7) a una naturaleza de justicia y no de pecado. En otras palabras, Dios nos mira justos, no por las obras buenas que podamos hacer sino por la obra que Jesús ya hizo por nosotros. Él fue nuestros sacrificio. Cuando el Padre nos mira, está viendo a hombres y mujeres justificados y perdonados (2 Corintios 5:21). Veámoslo de esta manera: Antes estábamos muertos en el pecado, ahora con Cristo, tenemos vida en Él y somos limpios.

Pero, pon atención a esta definición de la palabra “justicia” y nota que así como  vimos en 2 de Corintios 5:21, somos “justicia de Dios en Cristo”. Justicia significa, “Conjunto de todas las virtudes, por el que es bueno quien las tiene” (Diccionario de la Real Academia Española). En otras palabras, nosotros los que estamos en Cristo Jesús, tenemos todas las virtudes de Jesús en nosotros y eso, es que nos hace “buenos” o justos delante de Dios.

Entonces, debemos de caminar bajo esa conciencia de justicia y no de pecado; debemos de caminar pensando que somos justos y no pecadores. Y si pecamos, tenemos un Abogado que interviene por nosotros ante el Padre que nos perdona porque ya Su Hijo pagó el precio para que mantengamos una comunión constante con Él, pura y santa (1Juan 2:1-2).

Ahora, ya no estamos amarrados o esclavizados a la ley ni preceptos para tener la aceptación de Dios. Ahora somos libres de ese yugo porque nadie es salvo por la ley (Gálatas 2:16; 21), sino que somos salvos por gracia, o sea ese favor inmerecido de Dios y no por “nuestras obras” (Efesios 2:8-9). Pero, pon mucha atención a las palabras del Apóstol Pablo en el libro de Gálatas 5:13 porque esto es lo que nos da el balance, “Hermanos, ustedes han sido llamados a la libertad, sólo que no usen la libertad como pretexto para pecar”. Amados, el diablo es astuto y te va a engañar para que caigas en esa trampa diciéndote, “bueno, como ya Dios te perdonó y te va a perdonar cada vez que peques… sigue pecando…”. Cuidado con esto porque la Biblia dice que Dios no puede ser burlado (Gálatas 6:7 ), porque Él ve nuestro corazón y nuestras intenciones. Tristemente hay muchos creyentes que viven vidas desordenadas, abusando de la “gracia” de Dios. Ahí mismo en Gálatas 5:16-26, Pablo nos advierte lo que resulta el andar desordenadamente, y nos da un listado, y al final del verso 21 dice, “…Los que practican tales cosas, no heredarán el reino de Dios”. En Juan 3:9 dice el Apóstol Juan, “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”.

Hay dos caminos, el camino de muerte que andan todos aquellos que no han aceptado el sacrificio de Jesús como Salvador y Señor y aquellos que han aceptado el sacrificio y en un tiempo caminaron con Dios; pero, se han vuelto para atrás caminando desordenadamente engañados por Satanás. Y existe el camino de la vida en Cristo o el camino perfecto (Salmo 101:6), que andan todos aquellos que han nacido de nuevo y viven rectos delante de Dios.

No hay nada que podamos hacer en cuanto a obras se refiere, por muy buenas que sean para obtener el favor de Dios. Ya tenemos el favor y el agrado de Dios en Jesucristo cuando aceptamos Su regalo que es Jesús y Su sacrificio en la cruz. Lo que nos toca a nosotros hacer, es  dejar que Él viva en nosotros, “…Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mi” (Gálatas 2:20). También nos dice Pablo que  nosotros tenemos la mente de Cristo (1 Corintios 2:16) y así, podemos servir a Dios, no para que nos ame más, porque Él ya nos amó y lo dio todo para tenernos con Él. Ahora le servimos por amor a Él y por gratitud en nuestros corazones por habernos sacado de la oscuridad a Su reino de luz (1 Pedro 2:9).

La vida eterna que obtenemos por medio de Jesucristo, no comienza cuando lleguemos ante Su presencia en el Cielo, la vida eterna comienza cuanto aceptamos Su salvación por medio de Jesucristo y empieza aquí en la Tierra como nuevas criaturas y continua por la eternidad.

¡Gózate entonces de lo que tienes en Cristo ahora!

Bendiciones,

– VOG    
1 Comment
Liliana!!
6/21/2016 02:28:40 pm

Excelente!! Entendí loque es la justicia de Dios, en mi vida!!!
Gracias y bendiciones!!

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