oxímoron,
(Del gr. ὀξύμωρον).1. m. Ret. Combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido; p. ej., un silencio atronador. (tomado del Diccionario de la Real Academia Española)
Un grupo cristiano muy popular en los Estados Unidos sacó una canción y parte de la letra en un fondo se oye una voz decir, “el obstáculo mas grande para los no creyentes son los mismos creyentes.” Por muy duro que parezca esa declaración, tristemente es verdad.
En mis 40 y más años trabajando en diferentes ministerios e iglesias, he visto esto a menudo. Algunos dicen que son creyentes, “nacidos de nuevo, lavados por la sangre y bautizados en el Espíritu Santo” pero sus acciones de palabra y de hecho muestran lo contrario. Yo he visto a líderes y pastores que dicen una cosa pero viven otra. He oído a ministros maldecir y hablar obscenidades en cierta forma que los inconversos se sentirían muy cómodos al lado de ellos.
En el lenguaje común de la gente, salen frases como estas: Fulano de tal es un que es un mal cristiano. Tales declaraciones por los no creyentes han forzado al pueblo de Dios a contrarrestar y decir cosas como, “Fulano de tal es un buen cristiano…”
Ahora, analicemos un poco. Un cristiano, es su obligación de ser como Cristo, que es en realidad lo que significa “cristiano.” No existe el tal “mal cristiano” o “un buen cristiano. Un creyente es alguien que refleja las cualidades de Jesús, por lo tanto tiene que ser “bueno”. Una persona es o no es cristiano. También he oído decir cosas como, “esa persona (cristiano) tiene un mal carácter.”
Un creyente, que es parte de la iglesia de Cristo, no debe mentir; no debe engañar, no debe de usar profanidades; un creyente debe de ser hombre o mujer de palabra. Un creyente debe de mostrar las cualidades y características de Dios. Cosas como: paciencia, bondad, amabilidad, paz, gozo, fidelidad, humildad, dominio propio y el más grande de todos, amor (Gálatas 5:22-24). Pero, nota la palabra que usé, “debe” porque la realidad es que tenemos que hacer un esfuerzo y tomar una decisión de mostrar tales cualidades. Y todos sabemos que no es fácil por supuesto. Todos hemos fallado en demostrar una o más de esas características maravillosas en nuestras vidas como creyentes que somos. Y si fallamos, el paso a seguir es de arrepentirnos y seguir adelante haciendo cambios en nuestras vidas con la ayuda de nuestro Señor.
Ahora bien, es nuestra responsabilidad de aprender esas características de un creyente, practicarlas y hacerlas parte de nuestro diario vivir. Es parte de un cambio de mentalidad como nos habla Romanos 12:2. Recordemos también lo que Jesús dijo a sus Discípulos en Juan 17:15-16, que aunque estamos en este mundo, no somos de este mundo.
Empecemos practicando una de ellas. Recuerda que, todo comienza con un paso. Pablo habla estas palabras en Gálatas 5: 22-24, “…Y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo; solamente oían decir: ‘aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba.’ Y glorificaban a Dios en mi.”
¡Es tiempo ahora más que nunca que la gente glorifique a Dios en nosotros por nuestra manera de vivir!