U n a C o n c i e n c i a d e D i o s

Una de las definiciones de la palabra conciencia del Diccionario de la Real Academia Española, es: “Darse cuenta, percatarse de ello”.
Como parte que somos de la creación de Dios y parte de una gran sociedad, sale la pregunta, ¿Estamos concientes de Dios todo el tiempo? Si somos honestos, vamos a decir “No”. No todo el tiempo estamos concientes de Él y Su presencia en nosotros. Especialmente cuando todo está “bien”. Cuando hay dinero en la cuenta del banco; cuando gozamos de buena salud; cuando nuestros hijos se están portando bien; cuando nuestra relación con nuestro cónyuge es maravillosa; cuando todo en nuestro trabajo está de lo mejor. Etc. Ponemos nuestra vista en las cosas y poco a poco empezamos a olvidarnos se Aquel que da todas las cosas.
Esta es una tendencia natural. Muchos nos olvidamos de nuestro Creador. Muchos no oramos y no lo alabamos; muchos dejamos de congregarnos con la iglesia; muchos dejamos de leer la Biblia…. Ahora, cuando viene la tormenta a nuestras vidas. Nos despiden del trabajo, o nuestra salud se va para abajo; nuestros hijos comienzan a darnos problemas… en fin, todo comienza a salirnos mal. De repente pensamos en Dios. De repente tenemos una necesidad de ir a la iglesia y congregarnos; pedimos oración y tal vez hacemos un ayuno (dependiendo de la gravedad de la situación), empezamos a “buscar” a Dios, Etc. Por supuesto todo esto también es una tendencia natural; pero, no debería ser así. Primero, Dios no está perdido para que lo busquemos. Los que estamos perdidos somos nosotros. Nosotros somos los que nos apartamos de Su camino y eventualmente nos extraviamos. Ahora, Dios sí vino a buscarnos cuando mandó a Su único Jesús y por medio de Él volvemos de nuevo a encontrarnos con el Padre Celestial. Dios establece una relación con nosotros y es responsabilidad nuestra de mantener esa relación con Él. Cuando mantenemos esa relación esa comunión con Él va a crecer. Tenemos que cultivar esa conciencia de Dios.
La Biblia nos dice en el libro de Josué 1:8-9 RVA, “Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien. 9 Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas”.
Nota que dice, “procura”. En otras palabras, hagamos todo lo posible, todo lo que está de nuestra parte. Primero, que hablemos la Palabra de Dios todo el tiempo, “medita de día y de noche” en nuestra casa, trabajo, escuela…. Aquí no quiere decir que estemos “predicando” todo el tiempo, sino que en nuestro diario vivir en cualquier lugar, cuando hablemos, hablemos en harmonía con Su Palabra. Segundo, nota que también dice, “para que actúes”. La vida del creyente no solo son palabras sino también acciones que confirmen lo que estamos hablando. Alguien dijo, “predica con lo que haces y si es necesario, habla”. Todo comienza con una conciencia de Dios en nuestras vidas. Cuando constantemente estamos pensando y meditando en Dios y Su Palabra, Su Palabra sale de nuestros labios sin esforzarnos, y eventualmente vamos actuar en línea con la Palabra de Dios. Su presencia es tan real en nuestras vidas que lo vamos a adorar y exaltarlo porque la adoración es el resultado percatarnos y de estar concientes de Su presencia.
Este estado de “conciencia” va a prosperar nuestro camino en esta vida y todo, y no dice de “algunas cosas” sino, todo te saldrá bien. ¿Quiere decir esto que nunca vamos a tener problemas y batallas? Absolutamente no. El Apóstol Pablo nos dice que “peleemos la batalla de la fe” (1 Timoteo 6:12). Nota que también le dice Dios a Josué en la porción que leímos arriba, “esfuérzate y se valiente” y que, “no temas ni desmayes” y finalmente le dice algo que es lo más grande que debemos de estar concientes acerca de Dios para nosotros, y es, “Yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas”.
La verdad es que, Dios siempre está conciente de nosotros. ¿Estás tú conciente de Él? Es tiempo de que pongamos nuestra mira hacia arriba en lugar de aquí abajo donde todo perece y es temporal; enfócate en las cosas de arriba, de ese reino eterno, que nos garantiza una vida abundante aquí en la tierra, llena de propósito y del amor de Dios. Y, no desmayemos aunque las cosas que enfrentamos muchas veces parecen imposibles; pero recordemos que para Dios no hay nada que sea imposible para Él y mientras andemos con Él, nada será imposible para nosotros también (Marcos 9:23 RV60).
Bendiciones
Como parte que somos de la creación de Dios y parte de una gran sociedad, sale la pregunta, ¿Estamos concientes de Dios todo el tiempo? Si somos honestos, vamos a decir “No”. No todo el tiempo estamos concientes de Él y Su presencia en nosotros. Especialmente cuando todo está “bien”. Cuando hay dinero en la cuenta del banco; cuando gozamos de buena salud; cuando nuestros hijos se están portando bien; cuando nuestra relación con nuestro cónyuge es maravillosa; cuando todo en nuestro trabajo está de lo mejor. Etc. Ponemos nuestra vista en las cosas y poco a poco empezamos a olvidarnos se Aquel que da todas las cosas.
Esta es una tendencia natural. Muchos nos olvidamos de nuestro Creador. Muchos no oramos y no lo alabamos; muchos dejamos de congregarnos con la iglesia; muchos dejamos de leer la Biblia…. Ahora, cuando viene la tormenta a nuestras vidas. Nos despiden del trabajo, o nuestra salud se va para abajo; nuestros hijos comienzan a darnos problemas… en fin, todo comienza a salirnos mal. De repente pensamos en Dios. De repente tenemos una necesidad de ir a la iglesia y congregarnos; pedimos oración y tal vez hacemos un ayuno (dependiendo de la gravedad de la situación), empezamos a “buscar” a Dios, Etc. Por supuesto todo esto también es una tendencia natural; pero, no debería ser así. Primero, Dios no está perdido para que lo busquemos. Los que estamos perdidos somos nosotros. Nosotros somos los que nos apartamos de Su camino y eventualmente nos extraviamos. Ahora, Dios sí vino a buscarnos cuando mandó a Su único Jesús y por medio de Él volvemos de nuevo a encontrarnos con el Padre Celestial. Dios establece una relación con nosotros y es responsabilidad nuestra de mantener esa relación con Él. Cuando mantenemos esa relación esa comunión con Él va a crecer. Tenemos que cultivar esa conciencia de Dios.
La Biblia nos dice en el libro de Josué 1:8-9 RVA, “Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien. 9 Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas”.
Nota que dice, “procura”. En otras palabras, hagamos todo lo posible, todo lo que está de nuestra parte. Primero, que hablemos la Palabra de Dios todo el tiempo, “medita de día y de noche” en nuestra casa, trabajo, escuela…. Aquí no quiere decir que estemos “predicando” todo el tiempo, sino que en nuestro diario vivir en cualquier lugar, cuando hablemos, hablemos en harmonía con Su Palabra. Segundo, nota que también dice, “para que actúes”. La vida del creyente no solo son palabras sino también acciones que confirmen lo que estamos hablando. Alguien dijo, “predica con lo que haces y si es necesario, habla”. Todo comienza con una conciencia de Dios en nuestras vidas. Cuando constantemente estamos pensando y meditando en Dios y Su Palabra, Su Palabra sale de nuestros labios sin esforzarnos, y eventualmente vamos actuar en línea con la Palabra de Dios. Su presencia es tan real en nuestras vidas que lo vamos a adorar y exaltarlo porque la adoración es el resultado percatarnos y de estar concientes de Su presencia.
Este estado de “conciencia” va a prosperar nuestro camino en esta vida y todo, y no dice de “algunas cosas” sino, todo te saldrá bien. ¿Quiere decir esto que nunca vamos a tener problemas y batallas? Absolutamente no. El Apóstol Pablo nos dice que “peleemos la batalla de la fe” (1 Timoteo 6:12). Nota que también le dice Dios a Josué en la porción que leímos arriba, “esfuérzate y se valiente” y que, “no temas ni desmayes” y finalmente le dice algo que es lo más grande que debemos de estar concientes acerca de Dios para nosotros, y es, “Yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas”.
La verdad es que, Dios siempre está conciente de nosotros. ¿Estás tú conciente de Él? Es tiempo de que pongamos nuestra mira hacia arriba en lugar de aquí abajo donde todo perece y es temporal; enfócate en las cosas de arriba, de ese reino eterno, que nos garantiza una vida abundante aquí en la tierra, llena de propósito y del amor de Dios. Y, no desmayemos aunque las cosas que enfrentamos muchas veces parecen imposibles; pero recordemos que para Dios no hay nada que sea imposible para Él y mientras andemos con Él, nada será imposible para nosotros también (Marcos 9:23 RV60).
Bendiciones
No eres una "casualidad". Fuiste cuidadosamente formado por Dios Todopoderoso. Salmos 139